Mantas eléctricas y protectores de colchón

Mantas eléctricas y protectores de colchón

Mantas eléctricas y protectores de colchón: Lo que debes saber para colocarlas en sobre tu colchon queen size nuevo.

A menos que realmente desee calentar piedras de río en un fuego, llenar un calentador de cama de metal antiguo y luego deslizar el objeto de mango largo similar a una sartén entre sus sábanas, es posible que desee considerar una manta eléctrica o una almohadilla de colchón eléctrica para agregar calor adicional a su cama durante los meses fríos.

Una característica realmente atractiva de una manta eléctrica o de un cubrecolchón eléctrico es el dinero que ahorrará en costes de energía al permitirle bajar el termostato por la noche. Por cada grado que bajes el termostato, ahorrarás un 1% en la factura de la calefacción. Además, una habitación fresca favorece el sueño.

Elegir una manta eléctrica o un cubrecolchón es cuestión de preferencias: ¿Prefiere que le calienten desde arriba (manta) o desde abajo (cubrecolchón)? También hay otras diferencias.

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Esto es lo que debes saber.

Mantas eléctricas y cubrecolchones eléctricos: consideraciones generales

La seguridad es la consideración número uno para cualquier manta eléctrica. El instituto recomienda no comprar nunca una manta eléctrica o un cubrecolchón eléctrico que no lleve la marca que indica que cumple rigurosas normas de seguridad.

Las mantas  eléctricas y cubrecolchones eléctricos actuales no se calientan tanto como los antiguos. Desde finales de los años 80, la ropa de cama eléctrica. se ha diseñado para utilizarse toda la noche con un nivel bajo de calor. Esto ha evitado muchos de los incendios que solían producirse en este país, y que siguen produciéndose en países que siguen utilizando ropa de cama de alto voltaje.

El segundo aspecto al que hay que prestar especial atención es la durabilidad. Los mandos deben funcionar correctamente y el tejido debe aguantar bien los lavados repetidos, sin que se vean expuestos los cables ni se comprometa la seguridad. Busque una garantía mínima de cinco años, aunque una buena manta eléctrica o un buen cubrecolchón pueden durar más.

Por último, tenga en cuenta la facilidad o dificultad de manejo de los mandos. Los mandos fáciles de girar o los pulsadores digitales pueden ser importantes para las personas con poca capacidad de agarre. Una persona con problemas de vista puede querer un mando con números luminosos en el dial de ajuste.

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