Te contamos todo lo que tienes que saber sobre el impacto que tiene en la salud mental de los adolescentes el no dormir adecuadamente.
La Dra. Jacquelyn Johnson es una psicóloga clínica licenciada. Ejerce la práctica privada en California y se especializa en cuestiones específicas de las mujeres afroamericanas de alto rendimiento, como la lucha contra el tropo de la mujer negra fuerte.
La Dra. Johnson obtuvo su maestría en terapia matrimonial y familiar en el Seminario Teológico Fuller y su doctorado en la Universidad de La Verne.
Casi todo el mundo ha experimentado el insomnio, o la incapacidad de dormir en algún momento. En ocasiones, el insomnio transitorio dura una o dos noches y puede estar causado por factores como el estrés o los cambios en los hábitos de sueño.
Pero el insomnio crónico puede durar meses o incluso años y puede tener un profundo impacto en la vida diaria. ¿Sabías que los adolescentes corren el riesgo de padecer tanto insomnio transitorio como crónico? Esto es lo que los padres deben saber.
¿Cuánto deben dormir los adolescentes?
Puede que le sorprenda saber lo común que es que los adolescentes sobrevivan con menos horas de sueño de las que realmente necesitan.
Aunque cada niño es individual, y algunos necesitan dormir menos que otros, los investigadores han identificado algunas tendencias generales.
Los estudios realizados muestran que:
- Los adolescentes necesitan aproximadamente nueve horas de sueño cada noche, por término medio y descansar en una cama individual para no moverse por las noches.
- Entre los estudiantes de secundaria, definidos como aquellos que cursan entre el 6º y el 8º grado, aproximadamente el 60% no duerme lo suficiente en las noches de clase.
- Entre los estudiantes de secundaria de 9º a 12º grado, más del 70% no duerme lo suficiente en las noches de clase.
- Dos tercios de los estudiantes de secundaria afirman que duermen siete horas o menos por las noches.
- Cerca del 17% de los adolescentes cumplen con la definición clínica de insomnio, lo que significa que no pueden conciliar el sueño o permanecer dormidos al menos dos noches por semana durante un mes o más.
¿Qué está afectando al sueño de los adolescentes?
Hay muchos factores que contribuyen a la falta de sueño de los adolescentes. Es importante consultar al médico de su hijo para descartar problemas médicos que puedan estar limitando su capacidad de dormir.
Los expertos han identificado algunas tendencias importantes que son causas comunes de la falta de sueño en los adolescentes.
A continuación, se indican algunos posibles factores a tener en cuenta para ayudar a su hijo adolescente a conseguir un sueño de mayor calidad.
Estructura de los horarios
Los horarios escolares no coinciden con los ritmos corporales naturales de la mayoría de los adolescentes. Durante y después de la pubertad, los niños se duermen naturalmente más tarde que los niños pequeños o los adultos mayores.
Mandar a los adolescentes a la cama temprano no suele resultar como se espera, ya que se quedarán despiertos hasta la medianoche o más tarde, a pesar de sus mejores esfuerzos por dormir. Sin embargo, en la mayor parte de Estados Unidos el colegio rara vez empieza más tarde de las 8 de la mañana.
Aproximadamente el 17% de los distritos escolares han empezado a captar el mensaje, trasladando sus horarios de inicio a las 8:30 a.m. o más tarde para los estudiantes de secundaria y preparatoria.
Los expertos señalan que estos experimentos han tenido éxito, ya que han conseguido que los alumnos duerman más, tengan menos accidentes de tráfico e incluso mejoren sus tasas de graduación.
El estrés
El estrés también está muy relacionado con el insomnio, y la mayoría de los adolescentes están sometidos a mucha presión.
Desde los exámenes hasta los deberes y las actividades sociales, los años de secundaria y preparatoria están llenos de tensión.
Las investigaciones muestran que el 27% de los adolescentes declaran tener niveles de estrés elevados. La fuente de estrés más común entre los adolescentes es la escuela, con un 83%, mientras que el 69% de los adolescentes están estresados por entrar en la universidad o por elegir un camino de vida después de la escuela secundaria.
Pubertad y género
La pubertad convierte la mente y el cuerpo en un caos, y los ciclos de sueño no son inmunes. De hecho, todo el patrón de sueño-vigilia tiende a reorganizarse, retrasando las horas naturales de inicio y levantamiento del sueño, y acortando la duración del mismo.
Esto provoca somnolencia durante el día, así como patrones de sueño irregulares en los que los niños intentan recuperar el sueño durante los fines de semana.
Además, los brotes de crecimiento asociados a la pubertad pueden causar molestias físicas. Estos “dolores de crecimiento” tienden a empeorar a la hora de acostarse y pueden incluso hacer que los adolescentes se despierten en mitad de la noche. Aunque no son peligrosos, estos dolores pueden contribuir a una mala calidad del sueño.
También parece que el género desempeña un papel en la falta de sueño de los adolescentes. Las chicas son más propensas que los chicos a informar de una corta duración del sueño.
Esto podría deberse, en parte, a factores biológicos y sociales diferenciados por sexo durante la pubertad. Por ejemplo, las chicas tienden a tener mayores niveles de estrés general y una mayor reactividad al estrés.
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